No, no me cuentes que el alma se pudre con el odio
ni me expliques que existe el perdón.
Miente, miénteme desde cero
que volveré a intentar ignorarte de menos y echarte de más.
Puedes, puedes coger tus cosas
tu sonrisa y tus gestos
y marcharte y no volver jamás.
Mientras seguiré con lo puesto
y a la hoguera lo nuestro
y que el humo se encargue de hacerte volar.
Y enterrar a 3 metros bajo el suelo
en una caja la pena y el miedo
y salir por la puerta de atrás.
Y al despertár olvidar todo bueno,
las horas en que rozamos el cielo
son un charco que no hay que volver a pisar.
Duele, se me clava en el centro
y el hierro de mi pecho
se perfora se moja y se vuelve a oxidar.
Prisa, prisa por olvidarte
por no amarte ni odiarte,
tengo prisa por ver el final.
Tarde, ya no merece la pena
el corazón se te atrinchera
es demasiado tarde para volver atrás,
tiemblas mientras te silban las balas
y la soledad te apuñala,
los recuerdos aprietan y vuelta a empezar.