Desde el viento
que arrastra tantas nubes
como ángeles caídos.
Desde este
basto sótano de cielo,
hasta el que dios no baja,
pero igual llega el miedo.
Desde aquí.
Desde arriba.
Mi país
es una mancha verde.
Una mancha tan verde
que parece rosada.
Sin embargo
allá abajo es tan distinto.
Hay glorias,
pero glorias de bolsillo,
campanillas y coimas,
tangos viejos,
almas verdes,
almas de la estación,
y almas podridas.
Pero aquí, desde arriba,
no se ve nada de eso.
no se ve ni se nombra.
Desde este
basto sótano de cielo,
con brincos de aire
y pasos de azafata,
mi país
otra vez tiene misterio,
quizás porque no puedo
reconocer sus marcas.
Desde aquí, desde arriba,
no se ve ni se nombra,
no se distingue nada,
ni el corazón de oro,
ni la cola de paja.