"Las primeras líneas melódicas de la canción que sigue fueron escritas fueron escritas por Discépolo en Mallorca, en el monasterio de Valdemosa y en el piano de Federico Chopin. Él estaba allí solo, vio el piano, se acercó, levantó la tapa y comenzó a jugar sobre el teclado amarillento. Y así fue como nacieron los primeros compases de esa "Canción desesperada" que le inspiró la pasión y el dolor de Federico Chopin. Y yo, Discepolín, donde quiera que estés, te agradezco que la hayas escrito porque cuando la vida hiere vos siempre estás allí. Porque vos ya pasaste por ese dolor. Ya lo trasmutaste en armonía y me la hacés más fácil."
Soy una canción desesperada,
hoja enloquecida en el turbión.
Por tu amor mi fe desorientada se hundió,
destrozando mi corazón.
Dentro de mí misma me he perdido,
ciega de llorar una ilusión.
Soy una pregunta empecinada
que grita su dolor y tu traición.
Por qué me enseñaron a amar,
si es volcar sin sentido los sueños al mar.
Si el amor es un viejo enemigo
que enciende castigos y enseña a llorar.
Yo pregunto por qué,
si, por qué me enseñaron a amar, si al amar
yo mataba al amor.
Burla atroz de dar todo por nada
y al fin de un adiós despertar llorando.
Dónde estaba dios cuando te fuiste.
Dónde estaba el sol que no te vio.
Cómo es que un hombre nunca entiende
Que una mujer da todo dando su amor.
Quién les hace creer otros destinos.
Quién deshace así tanta ilusión.
Soy una canción desesperada
Que grita su dolor y tu traición.
Por qué me enseñaron a amar,
si es volcar sin sentido los sueños al mar.
Si el amor es un viejo enemigo
que enciende castigos y enseña a llorar.
Yo pregunto por qué,
si, por qué me enseñaron a amar, si al amar
yo mataba al amor.
Burla atroz de dar todo por nada
y al fin de un adiós despertar llorando.
Soy una canción desesperada
Que grita su dolor y tu traición .