Y hace también unos días se conoció la noticia de que El Vaticano ha oficializado la nueva liturgia, que consiste en oficiar la misa enteramente en lengua moderna, que permite la confesión colectiva y que da un mayor margen de permisividad musical en la liturgia. En realidad esto ya fue propuesto por el Concilio Ecuménico Segundo, en ese intento de tornar a la iglesia en algo más comercial. Ahora, yo pienso que si ellos quieren realmente vender bien el producto en esta era secular, lo que van a tener que hacer es rehacer toda la música litúrgica en forma de canciones populares. Nosotros tenemos acá un modesto ejemplo titulado ¡¡La Pachanga Postconciliar!!
Primero hay que arrodillarse
Los deditos enjuagarse
bajar la cabeza, con unción y,
persignarse, persignarse, persignarse
Iepaaaa!!
Y dé los pasos que usted quiera
Si es que el Papa los aprueba
Cada cual con su brincar
En la Pachanga Postconciliar
¡¡Amorrrrrrr!!!
Y entre en esta procesión
Y venga a hacer su confesión
Aquí un diaco le dirá
Si su pecado es original
Si lo es, esté tranquilo
trague la Ostia con el vino
Y ¡atención a la transustanciación!
Y levantarse, arrodillarse y volver a levantarse
Bajar la cabeza, con unción y,
Persignarse, persignarse, persignarse
Si no le sale no desespere
Donde fueres haz lo que vieres
Ave Maria, Inmaculada,
me gusta verte anonadada,
desconcertada, felicitada, anaranjada
y un poquito entusiasmada
con la pachanga postconciliar
¡¡Cha-cha-cha!!