Será difícil de comprender
que, a pesar de estar ahora aquí,
soy del pueblo y jamás
lo podré olvidar.
Debéis creerme, mis lujos son
solamente un disfraz,
un juego burgués, nada más:
las reglas del ceremonial.
Tenia que aceptar,
debí cambiar
y dejar de vivir en lo gris,
siempre tras la ventana,
sin lugar bajo el sol.
Busqué ser libre
pero jamás dejaré de soñar,
y solo podré compartir
la fe que queráis conseguir.
No llores por mi, Argentina,
mi alma esta contigo,
mi vida entera te la dedico.
Mas no te alejes,
te necesito.
Jamás poderes ambicioné.
Mentiras dijeron de mí.
Mi lugar vuestro es,
por vosotros luché.
Yo solo quiero
sentiros muy cerca,
poder intentar
abrir mi ventana y saber
que nunca me van a olvidar.
No llores por mi, Argentina.
No llores por mi, Argentina,
mi alma esta contigo,
mi vida entera te la dedico.
Mas no te alejes,
te necesito.
Qué podré decir
para convenceros de mi verdad.
Si aun podéis dudar
mirad mis ojos como lloran
de amor.