Mi estrella roja se esfumó
jugando al ajedrez
me cambió por un cantante de hip-hop
entre vodka y clamoxyl
amanecí en mi cama hoy
año bisiesto y con lo puesto nada más.
Te fuiste a Moscú
me dejaste sin menú
soplándole a la sopa fría
como un esquimal
al que le ha sentado mal
la sopa fría.
Mi sentido y mi común,
que antes se llevaban bien,
se dijeron "hasta luego, nunca más"
aproveché para escapar
entre tanta estupidez
y me dieron carnavales sin volver a casa.
Te fuiste a Moscú...
Y ahora me bebo el mar,
y en éste charco no hago pie
y brindo con caviar
para que vuelvas de una vez.
Te fuiste a Moscú...