Amanecí, con gusto a ella y me entregué a su oscuridad. En el reloj el tiempo pasa, nadie me viene a despertar. Que temprano es para morirse así. Cuantas cosas me quedan por hacer aquí. No sufras no. Que no vale la pena. Sin entender, la radio aún suena con voz de ajena realidad. Fría la piel, no habrá más penas. Me estoy matando por amor. Los párpados me pesan mil por mil
y la oración del cura del pueblo llenará la habitación. No pienses no. Que no vale la pena. Un grillo me robó la voz y hoy te canta desde el jardín. Quemé las naves, y no dejé una puerta para salir. El frasco vacío en mi mesa de luz. Una carta a mi amante pidiendo perdón. No sufras no. Perdón no pienses. No. Perdón no sigas. No Que no vale la pena.