Cárceles caseras
viven sobre las cabezas,
borracheras de esperanza,
lágrimas que nada arreglan.
Y el sol que sigue sin aparecer,
se olvidó de esta parte de la Tierra.
Las pupilas devastadas,
el cielo las recompondrá.
Los sobornos, las miradas
y dejar de lamentarnos
por todo lo que dijimos de más,
todo lo que no dijimos.
Ahora mismo echo de menos
echarte, echarte de menos.
Inviernos tibios, los bares de siempre,
cenizas de buenos momentos.
Tal vez sea mejor callar
y esperar la primavera.
Haremos una bandera
con el blanco que nos queda,
tal vez de la nieve que vimos caer,
de la espuma del mar que dejamos atrás.
Ahora mismo echo de menos
echarte, echarte de menos.
Inviernos tibios, los bares de siempre,
cenizas de buenos momentos.
Y no queda leña para echar al fuego,
y el frío no perdona,
y tus silencios de hielo
tampoco.