Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que caiga del cielo la buena suerte, pero la buena suerte no llueve ayer ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen, o aunque les pique la mano izquierda o se levanten con el pie derecho o empiecen el día cambiando de escoba
Los hijos de nadie, los dueños de nada
Los nadies, los ningunos, los ninguneados
Corriendo la liebre, muriendo la vida
Jodidos, rejodidos
Que no son aunque sean
Que no hablan idiomas, sino dialectos
Que no profesan religiones, sino supersticiones
Que no hacen arte, sino artesanía
No practican cultura, sino folclore
Que no son seres humanos, sino recursos humanos
Que no tienen cara, sino brazos
Que no tienen un nombre, que tienen un número
Que cuestan menos que la bala que los mata