-¡Una culebra, una culebra! -¡Ay, písala, písala, maldita culebra! No sabes cómo has llegado pero ya estamos aquí. Te preguntas preocupada qué haces al lao deste pendejo. Sé muy bien que no soy yo el príncipe que tu esperabas, pero por eso no te agüites y sigue atenta a mi consejo. Mira fija al sol, aunque los ojos te hagan chiribitas, no le apartes la mirada y verás cosas bonitas. No me digas lo que sientes o si eso te molesta, ten un poco de paciencia y no le apartes la mirada. Dicen que mirando al sol entras en el paraíso. Son sus rayos y destellos los que despiertan tus sentidos. Mira fija al sol, aunque los ojos te hagan chiribitas,
no le apartes la mirada y verás cosas bonitas. ¿Qué me dice, compadre? ¿Que no nació bien parecido? Pues deslúmbrela ahí con su carro, con su plata, con su brillante carrera. ¡Oh! ¿Pues qué me dice? ¿Qué es un pinche pelao? Pues entonces póngala al sol mijo, póngala al sol. Luego cuando te levantes quizás ya no veas nada. Yo te compraré un bastón y tu venderás cupones. Por tus ojos cristalinos se te asomará el alma y por siempre yo seré Ay chaparrita, ya caíste, y me costó, pero ya caíste. tu pequeño saltamontes. Mira fija al sol aunque los ojos te hagan chiribitas, no le apartes la mirada y verás cosas bonitas. 1993 M.A. Sanz de Acedo, J. Oria