Un pedazo de luna solamente tuvimos; en la noche de amor que vivimos tú y yo: cuando más nos quisimos. Un pedazo de luna como cosa perdida; en el cielo de un pueblo, de una tierra sin vida que ese día conocimos. No pudimos entoces esconder nuestros besos; ni se pudo tampoco, a pesar del cariño, imponer nuestro orgullo. Era un árbol del campo nuestro único techo. Pero, ajenos a todo, nos sentíamos los dueños
de la vida y del mundo. Hoy te puedo comprar un pedazo de mar y una luna completa. Y te puedo jurar que no vuelves a estar tan —de veras— contenta. Un pedazo de luna solamente tuvimos; en la noche de amor que vivimos tú y yo: cuando más nos quisimos. Un pedazo de luna que llenó nuestras vidas de un amor verdadero bajo el cielo del mundo que ese día conocimos. Un pedazo de luna...