Un pedazo de luna
solamente tuvimos;
en la noche de amor
que vivimos tú y yo:
cuando más nos quisimos.
Un pedazo de luna
como cosa perdida;
en el cielo de un pueblo,
de una tierra sin vida
que ese día conocimos.
No pudimos entoces
esconder nuestros besos;
ni se pudo tampoco,
a pesar del cariño,
imponer nuestro orgullo.
Era un árbol del campo
nuestro único techo.
Pero, ajenos a todo,
nos sentíamos los dueños
de la vida y del mundo.
Hoy te puedo comprar
un pedazo de mar
y una luna completa.
Y te puedo jurar
que no vuelves a estar
tan —de veras— contenta.
Un pedazo de luna
solamente tuvimos;
en la noche de amor
que vivimos tú y yo:
cuando más nos quisimos.
Un pedazo de luna
que llenó nuestras vidas
de un amor verdadero
bajo el cielo del mundo
que ese día conocimos.
Un pedazo de luna...