(Silbido)
Desde la Cuesta del Portezuelo,
mirando abajo parece un sueño:
un pueblito aquí, otro más allá,
y un camino largo que baja y se pierde.
Hay un ranchito sombriau de higueras,
y bajo el tala durmiendo un perro.
Y, al atardecer, cuando baja el sol,
una majadita volviendo del cerro.
Paisajes de Catamarca,
con mil distintos tonos de verde.
Un pueblito aquí, otro más allá,
y un camino largo que baja y se pierde.
(Silbido)
Y ya en la Villa del Portezuelo,
con sus costumbres tan provincianas:
el cañizo aquí, y el tabaco allá,
y en la soga cuelgan quesillos de cabra.
Con una escoba de pichanilla,
una chinita barriendo el patio.
Y sobre el nogal, centenario ya,
se oye un chalchalero que ensaya su canto.
Paisajes de Catamarca,
con mil distintos tonos de verde.
Un pueblito aquí, otro más allá,
y un camino largo que baja y se pierde.