"¡Poleo, carqueja, flor de romerillo,
Yuyos milagreros, yerbas pa' olvidar!"
Llenabas las siestas con tu voz de grillo,
Cuando aparecías por el arenal.
Se te vio en las carpas y en las procesiones,
Místico y profano rezar y bailar,
Pregonando en medio de las libaciones:
"¡Yuyitos del campo, pa'l bien y pa'l mal!"
Vendedor de yuyos,
¡cuántas resentidas buscaron tu alforja
Sintiendo el pregón!
Ese fue el destino de tu simple vida:
Vivir en silencio, vendiendo ilusión.
Te dormiste un día, vendedor de yuyos,
Con un sueño largo, cansado de andar.
Nunca más se oyeron los pregones tuyos:
"¡Yuyitos del campo, pa'l bien y pa'l mal!"
"¡Poleo, carqueja, flor de romerillo,
Yuyos milagreros, yerbas pa' olvidar!"
Llenabas las siestas con tu voz de grillo,
Cuando aparecías por el arenal.