Las doce marcaba el reloj de la sala
rendido de sueño apagué la luz
cuando oí una fuerte voz que me llamaba
y aparecióseme Lucifer.
No tiembles de miedo, me advirtió que es falso
lo que te han contado los curas de mí.
Conozco tus trucos, le dije al diablo,
búscate otro fausto y déjame dormir.
El cielo que sueñas, contestó enfadado,
es un club privado de gente formal
yo vengo a llevarte conmigo
al país del que nadie ha vuelto jamás.
Hizo un gesto con la mano
y en el espacio me encontré
volando con alas de espuma
mirando la tierra a mis pies.
Enjambres de estrellas cruzamos veloces
mientras en mi oído sonaba su voz.
Hace muchos siglos, me dijo, en el cielo
hubo una sangrienta revolución.
Un grupo de ángeles nos levantamos
contra el poder absoluto de Dios
como todo vencido conocí el exilio
la calumnia, el odio y la humillación.
Pero te aseguro que de haber ganado
ni muerte ni infierno ni cinco ni dos
ni tuyo ni mío ni odio ni trabajo
habrían existido ni diablo ni Dios.
Déjame vivir contigo
demonio amigo, supliqué,
no me hagas volver a la vida
perdida ya mi antigua fe.
Escuchose entonces un bárbaro trueno
en mi cama sudando me vi despertar
mi amigo el diablo se esfumó gritando
cuenta lo que sabes a la humanidad.
Desde entonces robo, pego, mato, arrastro
una miserable vida criminal
se que a la muerte me estará esperando
en el dulce infierno mi amigo Satán.
Si esto que les cuenta es una historia cierta
ustedes si quieren me creen o no
pero no le cierren la puerta al diablo
si llama una noche a su habitación.