Si tus ojitos fueran
aceitunitas verdes,
toda la noche estaría
muele que muele.
Me senté
en un claro del tiempo
y era un remanso de silencio,
de un blanco silencio,
anillo formidable donde los luceros
chocaban con los doce mágicos números negros.
Tormenta de verano dicen que eres
mis amigos, mis miedos y mis mujeres.
Y yo les digo
que el invierno que viene yo estaré contigo.
Y to' el que diga que mi gente
tiene la sangre dormía,
no ha escucha'o una guitarra
tocando por bulerías.