Recuerdas los tiempos en que, viejo amigo,
Ardía en tu boca la azul madrugada.
Borracha, Afrodita reía y brindaba contigo
Dejando el olor de otro cuerpo en tu cama.
¿Dónde encallaron esos días?
¿En qué luminosas playas?
Huyendo de ti y de la aurora, escapaste
Buscando en mil bares el abracadabra
Que detiene el tiempo, pero regresaste
y te encontraste a ti mismo esperándote en casa.
Y el alba sincericida
Trajo su rutina y su ancla.
El amor es la piedra que Sísifo empuja.
El mundo el cascabel de un gato asustado.
Nadie nos avisó que amar es doler,
Que crecer es aprender que para regresar,
y para casi todo, es tarde,
y aquello que no fue
Nuestro más leal amante.
Así que brindemos ahora viejo amigo:
Que acabe este otoño y resuelva el misterio
Del eclipse en tu pecho, que aún no nos rendimos.
De la noche aprendimos viejos sortilegios
Que ayudan a conjurar
Al reloj y sus espectros.
Sísifo abandona hoy su piedra en la cima
Y el gato se duerme esta noche en tus brazos.
Quizás tengan razón y amar es doler
Pero quién diablos quiere regresar
Si lo que cuenta es aprender
Que no está perdido aquello que no fue,
Que no está perdido aquello que no fue.