Maldigo y preguntas Por qué frunzo el ceño, Por qué las auroras Me dejan el pecho Lleno de agujeros. Quizá sea la noche abriéndose Como una terrible flor. Quizá sea el maldito telediario O una mujer sin su voz A la que acorrala el miedo O el silencio atronador, Un febril planeta Entre fuegos y tormentas, Un niño cortando palma En una oscura selva, La cola del paro, el fin de mes, Tu ausencia, todo lo que no haré.
Maldigo y me dices Basta de lamentos. Disculpa, te digo, Quizá sea el sueño, La falta de sueños. Será que la casa, sin ella, No es una casa, es un erial, Y mi voz sin su voz, Arañazo en el cristal, O la carta de un hombre Que echa de menos su hogar. Quizá alguna despedida, Los recuerdos, sus heridas, Gaza golpeada, Humo y llanto en sus cenizas. Será el mundo alumbrando horrores Y yo sólo ofrezco maldiciones