Ahora que ya sabemos caminar, y de la mano vamos corriendo.
A veces es más fácil no mirar atrás, el camino vamos haciendo.
Que el telón se ha roto una y otra vez, siempre a la espalda, y eso no importa.
La locura se adueña de un corazón, que baila sólo en un tejao.
Ahora que sabemos olvidar, los minuteros de los relojes.
A veces es más difícil el no ser normal, ser diferente, un bitxo raro.
La alegría de vivir en las cornisas una y otra vez, que no hay prisa.
La cordura guardita en el cajón, tirar las llaves pa quien la encuentre.
Ahora que ya sabemos galopar, llevamos riendas pa desbocarlas.
A veces es más dificíl ponerse a trotar y que te agarren, si tienen huevos.
Saboreando la calle y otra vez, sentir la vida que no hace daño.
Y en el espejo vemos un corazón que baila sólo en un tejao.