Ven, mi amor, en la tarde del Aniene
y siéntate conmigo a ver viento.
Aunque no estés, mi solo pensamiento
es ver contigo el viento que va y viene.
Tú no te vas, porque mi amor te tiene.
Yo no me iré, pues junto a ti me siento
más vida de tu sangre, más tu aliento,
más luz del corazón que me sostiene
Tú no te irás, mi amor, aunque lo quieras.
Tú no te irás, mi amor, y si te fueras,
Aun yéndote, mi amor, jamás te irías.
Es tuya mi canción, en ella estoy.
Y en ese viento que va y viene voy.
Y en ese viento siempre, me verías.