Trajo esta mañana
lindo telegrama
un ansioso colibrí
me decía que la savia
de insectos y ranas
anunciaba el fin.
Vi por la ventana
ilícitos enjambres
cual si fuera un huracán
repartían su pancarta
con gran algazara
por esa verdad.
Un tremor de ardillas
de alerta y vigilia
que algo esta por suceder
luego una palabra oculta
que saltó desnuda
me hizo comprender.
Salí, como el sol yo salí
a la plaza encendida
de gentes, colores
gritando feliz.
Corrí hasta el mar y miré
tras los peces venían
los náufragos vivos
que ayer yo perdí.
Pájaros inquietos
custodiaron fuego
durante la oscuridad
bajo el arco de sus alas
me hizo luz el ansia
de querer brillar.
Errantes perdidos
pobres de albedrío
condenados a rumbear
abandonan el destierro
compartiendo el cielo
vuelven a volar.
Salí como el sol yo salí
a la plaza encendida
de gentes, colores
gritando feliz.
Corrí hasta el mar
y miré tras los peces
venían los náufragos vivos
que ayer yo perdí.
Bailé, con el aire bailé
al abrirse las celdas
y ver a mi padre volver
lloré, bailé.