Abre sendas por los cerros
Deja su huella en el viento
El águila le da el vuelo
Y lo cobija el silencio
Nunca se quejó del frío
Nunca se quejó del sueño
El pobre siente su paso
Y lo sigue como ciego
Correlé, correlé, correlá
Por aquí, por allí, por allá
Correlé, correlé, correlá
Correlé que te van a matar
Correlé, correlé, correlá
Su cabeza es rematada
Por cuervos con garra de oro
Como lo ha crucificado
La furia del poderoso
Hijo de la rebeldía
Lo siguen veinte más veinte
Porque regala su vida
Ellos le quieren dar muerte