El cielo sin ti rompería a llorar;
la noche, si no estás, pierde su realidad.
No hay cara que ocultar: te escondes y está de más,
y entre sueños de algodón, tus ojos nadie verá.
Una herida sin cerrar detrás de cada estrella;
bajo un manto de alquitrán, haciendo las maletas.
Yo no sé por qué cada día tú te vas.
Miedo a amanecer. Miedo a despertar.
¿De qué te sirve volar mientras tu mundo se duerme?
¿De qué te sirve alumbrar un mar de sombras inertes?
Una herida sin cerrar detrás de cada estrella;
bajo un manto de alquitrán, escribes tu condena.
Yo no sé por qué cada día tú te vas,
si al anochecer, vuelves a brillar.
Yo no sé por qué cada día tú te vas.
Miedo a amanecer. Miedo a despertar.