Declaré odio eterno a su bendición,
careta y disfraz de su ambición,
a mi no me engañaron con su falso sermón,
pues otros confundieron temor con devoción.
Fui en paralelo a la senda de su amo y señor,
un caminante de mala reputación,
siempre lo tuve claro, yo fui mi único dios,
hasta el fin de mis días fiel a mi convicción.
Y ahora me llega la muerte y siento que los buitres vuelven a acechar,
ya no puedo defenderme dejo en vuestras manos mi batalla final.
No quiero misas ni rituales macabros,
no pertenezco a ninguna religión,
no quiero velatorios ni entierros, odio esta tradición,
mejor un par de tragos en mi recuerdo, me cago en dios.
La apostasía fue mi gran osadía,
rompí los lazos con su comunión,
que alimentaban el negocio de la fe y el terror,
ni muerto doy mi parte a las arcas de dios.
Y ahora me llega la muerte y siento que los buitres vuelven a acechar,
ya no puedo defenderme dejo en vuestras manos mi batalla final.
No quiero cirios ni coronas de flores,
no quiero mármol en forma de cruz,
no pagaré los plazos de tu puto ataúd,
ni yacer en tierra santa, pagándote un plus.
Y ahora me llega la muerte y siento que los buitres vuelven a acechar,
ya no puedo defenderme dejo en vuestras manos mi batalla final.