Cómo lograste hacerme reír
y llorar y sentir que ya empieza la fiesta,
cómo lograste hacerme feliz lejos
de mi país que aplasta y apesta.
Cómo lograste en tu voz encender
al poeta de ayer, de tu España quebrada
y dime cómo la propia mujer
que yo quiero se fue detrás de tus palabras.
Maldito Serrat... Maldito ladrón...
Copiaste la idea que tenía yo
justo antes que yo mismo la escribiera,
maldito Serrat...
Pero quién pudiera decir:
Ay... amor, sin ti no entiendo el despertar...
Ay... amor, sin ti mi cama es ancha,
Ay... amor, que me desvela la verdad,
entre tu y yo la soledad y un manojillo de escarcha
Cómo lograste hacerme sufrir
por Irene y Manuel y el adiós de Lucía.
Cómo lograste mentirme tan bien,
que hasta puedo creer que hoy va a ser un gran día.
Cómo lograste tanta precisión
describiendo a mi pueblo blanco y polvoriento
si el sacristán por ahí no te vio,
ni el cura, ni el cabo,
ni el polvo ni el viento.
Maldito Serrat... Maldita canción...
Golpeando a las puertas de este corazón
que estará siempre de par en par esperando,
latiendo a tu ritmo,
lo mismo que cuando cantaste:
Ay... Ay utopía...
Dulce como el pan nuestro de cada día.
Cómo lograste hablar tanto de mi
y los locos que aquí adoramos tu tema.
No hago otra cosa que pensar en ti
cuando quiero escribir y no nace el poema.
Cómo lograste a los tiempos vencer,
con mi padre fue ayer, con mis hijas ahora
que te agradecen por hacernos ver
que de vez en cuando la vida enamora.
Bendito Serrat... Hermano mayor
de todo el que quiera hacer una canción
de verdad, de este tiempo que empuja y arrasa
o de las pequeñas cosas que nos pasan.
Bendito Juglar, no apagues tu voz,
qué hacemos nosotros, los de este rincón
sin oir en tu verso al amigo que abraza,
quién puede seguir
y qué va a ser de mi si estás lejos de casa.