Si no fuera por tu piel en la arena,
la marea ni querría subir.
Si no fuera que esta noche me esperas,
esta tarde no merezco vivir.
Si no fuera por esa caricia que cura y abriga al fin de la jornada,
de qué sirve pelear todo el día contra un batallón.
De furiosos dragones
que escupen sobre mi esperanza su cruel llamarada,
contra espadas y lanzas que apuntan a este corazón.
Si no fuera por la luz que reflejas,
ni una estrella hoy se atreve a salir.
Si no fuera que esta noche me esperas,
cuántas vueltas, antes de ir a dormir.
Si no fuera que me contagiás el valor de soñar y no andar de rodillas,
en el medio de qué pesadilla hoy me iba a enredar.
Si no fuera que al amanecer
no deje de beber de tu cuerpo una gota,
este tiempo de tanta derrota quién puede aguantar.
Si no fuera por ti,
ya habría muerto en el siglo pasado,
caería noqueado en el segundo round
y del bolsillo de mi pantalón,
tu dirección ya me habrían robado.
Si no fuera por ti,
esta canción nadie habría cantado,
creo que ya ni sería cantor,
si para muchos eso es lo mejor,
peor para ellos, aun sigo a tu lado.
Si no fuera tu mirada tan buena,
qué me queda cuando quiero mirar.
Si no fuera que esta noche me esperas,
qué manera torpe de continuar.
Si no fuera por esa palabra que alivia y apaga los gritos de furia,
de qué sirve mi oído que zumba de tanto aguantar.
La mentira, las viejas promesas,
que nunca se cumplen,
las frases gastadas,
los discursos que no dicen nada,
las voces del mal.
Si no fuera por ti habría muerto en el siglo pasado,
ajusticiado y con toda razón,
mi estupidez no tendría perdón
si no siguiera de ti enamorado.
Si no fuera por ti,
esta canción nadie habría cantado,
aunque me salga como la peor,
juro que si no tuviera tu amor,
hoy ni siquiera lo habría intentado.