Hola, ¿cómo estás?, ¿yo?, ¡¿cómo quieres?!
si digo "bien" es tal vez porque me conviene,
porque es mejor que confesarte que estoy perdido.
¿Y tú? ¡cuéntame! Te veo más segura, sobre todo
de ti misma, porque siempre contigo has sido algo dura.
¡Va!, echa fuera tus manías, tus ideas de rebeliones,
deja paso a mis razones, y yo en un mar de
excitaciones navegando hasta tu tierra llenaré tus emociones.
Si quieres puedes volver.
Sé que para ti yo siempre he intentado parecerte
el fuerte, el que gana hasta a la suerte,
y luego pasa que te pierdo siempre.
Mas tú, no me escuchas, me miras, me sonríes,
te das la vuelta y luego, lentamente, te destapas
buscando el indicio de otra que he tenido en mi cama...