Menos mal que dejaste alguien cuidando,
aunque no haya nada que cuidar.
Las virtudes se me fueron con los años,
la única seguridad.
Ya no hay más peligrosos enjaulados, ya no existe tu sideración.
Ahora extraño lo que antes me perseguía,
olvidé las ganas de olvidar,
Ahora es cosa de seguir por hacer algo,
de seguir por no parar.
Ya no hay más fortuna de los sábados,
la miseria nos ofrece su calor,
Un par de orejas escondidas tras los pasacalles,
haciendo trizas tu sideración.
Aguas claras de olimpo,
qué inocente vanidad,
el negocio de los amigos,
la mentira universal.
Acelere si quiere llegar sano y salvo,
andaré menos suelto en cada lugar.
Y no es más, que el recuerdo, de un futuro que mira hacia atrás,
y no es más, que otro sueño similar.