Ella dice que me ama aunque no quiere que yo sea el único hombre que duerma en su cama. Y yo me trago el inmenso dolor de no ser exclusivo en su alma. Cuando yo tomo su mano en la calle no me importa que hable de Bosnia o Timor Oriental ni que sea terrorista y se empeñe en hablarme en su lengua natal. Ay, amor, amor, ya yo he aprendido a no hacerme tu marido y aunque ni pueda ser tu novio quiero tu amor a trois y llévame por la izquierda en este temporal.
Ay, amor, amor, si no eres mía al menos dame utopías, pásame tus causas perdidas y como algo vital sálvame de vez en cuando de mi soledad. Aunque seas tan solidaria, tan sindicalista yo te seguiré en tu activismo ancestral a esas manifestaciones y te ayudaré a empapelar la ciudad. Aunque seas tan feminista y te gusten las chicas nada va a impedirme que te pueda amar y hasta prometo aprender de memoria el libro de Simone de Beauvoir.