Dónde fue a parar la infraestructura del recuerdo. Dónde fueron a parar los carnavales, no me acuerdo. Dónde fue a parar Mayra Tirado con su pelo medieval y las estrellas de escoltas motorizados. Dónde fue a parar la magia de los muñecones. Dónde fueron a parar tantas canciones. Dónde las navajas y las bengalas estallando. Y Tata Güines y El Perico está llorando. Yo me iba a algún palco si tenía esa fortuna y los hijos de quién tu sabes a vacilar en La Tribuna. Órgano Oriental y todo el mundo a caballito y en las cobas se mostraba lo que hacen sus papitos. Traigo un kiosco dentro de esta lengua viperina
y en la frente enredada una serpentina. Traigo una carroza con las luces apagadas y una conga que no sirve para nada. Dile a Catalina que no se compre más guayo y que me diga dónde metió la cerveza. Estaba la langosta en su salsa, pero yo sólo tengo moneda nacional y ahora a mí no me alcanza ni para ir a un Paladar. El precio real del dólar ya se puede calcular, ya existen casas de cambio en mi Cuba tropical. Cuenten los pesos que aquí les damos: uno, dos y tres; cuatro cinco y seis; y los veinticinco ya sabes lo que es.