Madura la uva de nuestra vendimia y amanece limpio mi barrio moderno. Las playas del norte no son un infierno si tengo una mujer a quien mirar. Mirar el retrato con ojos al mundo donde está Dolores amando la vida. Fijar en La Habana la hora de salida y el día es silenciosamente cruel cuando hace sus maletas. Y México es su casita temporal y pasajera que no puede detener su vida viajera. Y mientras el metro va por los rieles y en caravana el humo de la ciudad te envuelve en la cara. Allá en la cosecha junto a la frontera
andaba Dolores con su risa de aguas. Por entre las flores llegó a Nicaragua de día y con la visa del amor. Me hablaba de indios, de las tradiciones como agua a los pobres sin penas ni glorias. Y si ella me amara y yo fuera su historia sería un mal capítulo final de una gran telenovela. Y México es su casita temporal y pasajera que no puede detener su vida viajera. Y mientras el metro camina sobre los rieles y en caravana. y México no va a amarte como La Habana.