Las damas de la orquesta de salsa son muy truculentas a la hora de actuar. Te tumban con sus sones sencillos y no ahorran brillos para deslumbrar. Las damas de la orquesta de salsa son todas mulatas y saben bailar. Y elevan al mover su cintura la temperatura de cualquier lugar. Y cantan estribillos ban*les, la gente se divierte. Yo le pregunto a mi almohada si en este país no pasa nada las damas de la orquesta de salsa no te hacen pensar. Las damas de la orquesta de salsa son una estrategia gubernamental. Te enseñan cuando tienes problemas que no hay otro tema que echarse a bailar. Para los romanos pan y circo. Yo me revelo pero empiezo a tirar un pasillo y me está gustando el estribillo. Las damas de la orquesta de salsa te hacen olvidar. Y así, viendo a la orquesta comprendí que George Bra**ens, que Rapanuí, que Luis Buñuel,
como es cantar un son en una Torre de Babel. Las damas de la orquesta de salsa son como una droga para alucinar. Con graves efectos secundarios cuando te devuelves a la realidad. Te llevan a través de su historia a ese país sensual que sólo existe en sus canciones. Y a mí que me toquen los trombones. Las damas de la orquesta de salsa son para gozar. La orquesta, va tocando salsa. Muera mi conciencia, vivan las mulatas, mulatas. En la mesa empresario catalán, en la mente un estímulo s**ual. Y yo a ver dónde me meto tanta crítica social. Tramposa. Con tu meneo mataste la ideología y nadie quiso esa noche escuchar mi teoría. Quédate gozando inconsciente. Déjame a mí teorizando. De tal palo tal astilla y de tal trompeta el mambo. Las damas de la orquesta de salsa son muy truculentas a la hora de actuar.