No te me pongas triste que sabes que así, Los buenos momentos se alejan de ti, Y a veces parece que no fuimos nada. Este pardo silencio de este cielo gris, Te traigo la estampa que nunca perdí, Que son nuestro cuerpos envueltos en llamas. Y si luego esparce el viento, Las cenizas y el calor que llegará. Que las brasas encendidas, Pues su soplo las aviva y crecerán. Con un badajo hare sonar las campanas, Que cuelgan de las torres de tus lamentos en yugos de plata. Que tus caminos de piedras afiladas, Te hare una alfombra para que pises blandito con flores robadas. Que se marchitan si tu no las pisas y es cuando te enfadas, Se canta con un manojo de versos escritos sin ganas.
Y le he robado su brillo a la luna de abril, Y me ha perseguido volando hasta aquí, Y me pilla arrojando amapolas desde mi ventana, Que ido arrancado a tientas para ti, Para hacerte una cama en cualquier cuchitril Que pronto ardera con el fuego que hay en tus miradas. Y que luego esparza el viento las cenizas Y el calor que llegará. Que las brasas encendidas Pues su soplo las aviva y crecerán. Pero tu no te me pongas triste, Que sabes que luego me tiro al alpiste, Y se apaga con lagrimas tuyas La alegre candela que algún día prendiste. Tu no te me pongas triste, Sabes que luego cariño me tiro al alpiste.