Llevaba unos días detrás de su lengua, quería sentirla tan cerca que cuando me hablase, su dulce ventisca me hiciese olvidar las estrellas. La estuve siguiendo y soñando que hacía con ella cositas, y luego me iba a su casa y nos cogía el día follando como dos conejos. Y cae la tarde y me sale la vena cobarde. Y cae la tarde y a duras penas he vuelto a acordarme de que me he tirao la noche dando vueltas en su cama;
me lo he pasao muy bien, mas no volveré mañana que un soplo de viento en la madrugada, me dijo entre dients que estaba casada. Y demostramos sentir la pasión de dos gatos en celo, y nos besamos muy bien, pareciamos dos quinceañeros, y me marché de su casa bastante contento, podría volver, pero luego... Cae la tarde y me sale la vena cobarde, de pronto cae esa tarde y a duras penas he vuelto a acordarme.