Llevaba unos días
detrás de su lengua,
quería sentirla tan cerca
que cuando me hablase,
su dulce ventisca
me hiciese olvidar las estrellas.
La estuve siguiendo
y soñando que hacía
con ella cositas, y luego
me iba a su casa
y nos cogía el día
follando como dos conejos.
Y cae la tarde
y me sale la vena cobarde.
Y cae la tarde
y a duras penas he vuelto a acordarme
de que me he tirao la noche
dando vueltas en su cama;
me lo he pasao muy bien,
mas no volveré mañana
que un soplo de viento
en la madrugada,
me dijo entre dients
que estaba casada.
Y demostramos sentir
la pasión de dos gatos en celo,
y nos besamos muy bien,
pareciamos dos quinceañeros,
y me marché de su casa
bastante contento,
podría volver,
pero luego...
Cae la tarde
y me sale la vena cobarde,
de pronto cae esa tarde
y a duras penas he vuelto a acordarme.