Una sonrisa perezosa y una ilusión en tu cabeza,
nunca con muchas ambiciones para no sentar la cabeza.
Un colchón sobre una alfombra
y una vieja nevera de metro y medio,
cocina de solo dos fogones,
esas son tus aspiraciones.
Odias la publicidad y todos compran, que felicidad
y tu solo te conformas con tener con que soñar
y en llenar el plato de buenos garbanzos.
Te tiran a la calle, tu sigues tu movida,
ya se ha acabado la historia.