Sabios que no saben olvidar, sabios que no pueden perdonar; sabios que no logran conciliar descanso en el sueño. La razón ahogada en lo real, estrellada y podrida en lo real, es moneda corriente de animal que sólo cuida su suerte. "Sin mirar no siento nada" dice en su experiencia y ladra Cancerbero desde el más allá, y reclame sus faltas. Arrastrando en un cardal,
la vida y la ansiedad. ¿Cómo voy hasta el lugar donde los cerdos rezan? La memoria es la amenaza, la advertencia y la esperanza, de los pasos que hemos dado mal y en nuestra espalda descansan. Sabios que no saben olvidar, sabios que no pueden perdonar; sabios que su savia han de volcar donde los cerdos pecan.