Metíamos los pies en nuestro río
cazábamos ranas con las manos
bailábamos las piedras en el agua
y llegaban secas hasta la orilla.
Los cangrejos se escondían en sus guaridas
si no la cazuela sonrojaba sus pinzas
y amontonando las ramas
hacíamos cabañas que nadie veía
Fumábamos ligarza aguantando las toses
con pose de actores crecidos
el tirabique colgando del pecho
a tiro de algún pajarillo.
Y llegaron de pronto las primeras botellas
de dulce licor y color amarillo
de repente el tiempo nos hizo observar
que teníamos cuerpos distintos
Debajo de aquel árbol quedó un corazón atravesado
debajo de aquel árbol quedaron las ganas de vivir
Eran días de cambio y pelea
de conocer otras gentes, de probar otras cosas
cada uno tiró por su lado y quedaron
restos de besos y restos de fuego.
A ti te llevó veloz el caballo
a mí la tortura del trabajo
y ahora nuestro rincón lo han hecho paseo
aunque el río se llevó nuestros abrazos
Debajo de aquel árbol quedó un corazón atravesado
debajo de aquel árbol quedaron las ganas de vivir
Debajo de aquel árbol quedó un corazón atravesado
debajo de aquel árbol quedaron las ganas de vivir
Debajo de aquel árbol, debajo de aquel árbol
debajo de aquel árbol, debajo de aquel árbol...