Una herida en tu mano fue
la que consiguió
el título de hermano que
llevo en mi corazón
una paloma blanca, vino volando
y se posó,
encima de tus armas fue
él quien la envió
un grito desde el vientre fue
el que te recordó que el cielo
nunca miente, y a ti ya te avisó.
Y nunca más volví a saber,
de aquel hermano que perdí
paloma blanca te llevaré
siempre en mi corazón.
Y por la noche
sobre este suelo
te escribiré una oración.