Todo sigue ahí, tal y como lo dejé
la hierba por fin, ha crecido en el jardín.
Cuánto tiempo fue, hace cuánto me marché
cuántas noches que sólo pensaba en volver,
en volver, a acabar lo que no acabé
y a volver a despertar en mi viejo rincón.
Hay un dicho que cuenta la gente de aquí
no debes marchar si una rosa ha de llorar.
Yo ya descubrí que tan sólo una vez
puedes confundir el amor con el placer
el placer, los labios de una mujer
y de mi ventana ver cuándo el sol
va a nacer.
Esas piedras sostenían a mi hogar
se han ganado ya el derecho a descansar.
Esas gentes hoy no son las mismas de ayer
en sus ojos ves que te dan las gracias por volver
por volver, a acabar lo que no acabé
y a volver a despertar en mi viejo rincón,
en mi viejo rincón...