Cuando tu te acercastes, aquella tarde, con tus ojos ingenuos, azul gris... La dicha por tenerte fue tan grande, que arroje mi tristeza del veliz.... Al momento yo quise conquistarte, te pregunté tu nombre y dirección, del teléfono el número y llamarte, porque me desbordabas el corazón... Me diste tanto sin pedirme nada, tan solo te entregaste por amor, más te alejaste aquella madrugada, sin importar cual fuera mi dolor....
No sé porque razón de mi te fuiste, más tengo que aceptar la realidad, cargaré mi velíz de un hombre triste que la felicidad quizo encontrar... Jamás me olvidaré de aquellas horas, que juntos compartíamos feliz, bricoteando los tumbos de las olas, en el mar de tus ojos azul gris.