A la peluquería llegó Cri-Crí !Qué bueno que vienes! le dijo el barbero con esa pelambrera pareces puerco espín. Mostrando cortesía lo acomodó en uno de esos sillones que dan vueltas y luego muy serio le puso un peinador. !Tras, tras, tras!, de tres tijeretazos !Tras, tras, tras!, el pelo le cortó, !Tras, tras, tras!, cayeron sus cabellos. !Tras, tras, tras!, y lo dejó pelón. Cri-Crí no estaba quieto en aquel lugar pues los cabellitos que caen entre la ropa picaban como agujas y se quería rascar pero el peluquero sin caridad, con la mano izquierda detuvo su pescuezo teniéndolo inmóvil contra su voluntad.
!Tras, tras, tras!, abrió las tijerotas. !Tras, tras, tras!, y luego las cerró. !Tras, tras, tras!, con su rayita enmedio !Tras, tras, tras!, muy guapo lo dejó. Algunos niños lloran, no quieren ir, están temerosos de que el señor barbero les quite las orejas y luego la nariz. Por éso es preciso tener valor, el corte de pelo en la peluquería lo hacen muy fácil sin nada de dolor. !Tras, tras, tras!, que suenen las tijeras. !Tras, tras, tras!, que cumplan su deber. !Tras, tras, tras!, que caigan los cabellos. !Tras, tras, tras!, que vuelvan a crecer.