Hoy pasó un chivo arrastrando un carricoche que sonaba al viajar; en sus cuatro ruedas un derroche de campanas tintineaban al rodar. El chivito aquel me vió le grité, se asustó y tomó la dirección del País de la Canción. Muchas veces lo llamé pero él no volvió; agitando un cascabel por las montañas se alejó,
A través del campo va rodando el cochecito enseñando su canción a todas las flores que salpican la pradera como alfombra de color. Qué tristeza no poder ir con él yo también y viajando aprender sus cantares en vaivén. El chivito desconfió pues grité e hice mal; temeroso, se alejó con su carrito musical.