Un marinero de pelo cano como la espuma blanca del mar, todas las tardes, en este banco, su vieja pipa viene a fumar. Quema el tabaco y uno por uno de aquellos días vuelve a pasar con la sirena de trenzas de humo que en el pasado lo hace soñar. ¿Recuerdas, marinero, tu barquito en el mar de la China; que flotaba muy ligero, en las olas como golondrina? Y ¿recuerdas, marinero, la sonrisa de aquellas princesas; que salvaste de la gruta del dragón de quinientas cabezas? ¡Toma tu pipa y ponte a fumar
mientras te canta la brisa del mar! ¡Toma .. tu pipa .. y ponte a fumar mientras ... te canta ... la brisa ... del mar! ¿Recuerdas, marinero, el País de los Bosques Gigantes; en los cuales la hierbita es del alto de los elefantes? Y ¿recuerdas, marinero, la gran isla del fiero pirata; y sus playas adornadas con diamantes, con oro y con plata? ¡Toma tu pipa y ponte a fumar, mientras te canta la brisa del mar! ¡Toma tu pipa y ponte a fumar, mientras ... te canta ... la brisa ... del mar!