No tendrías donde ir,
Aunque intentaras huir.
No me digas que el amor no te hace nada.
No me digas que no sueñas ser amada.
Corazones que se hacen daño.
Cuerpo y alma, nunca separados.
Decidiste sonreír justo al atardecer,
Y eso me permite renacer.
Decidiste iluminar de un modo especial
Mi sueño, mi destino y mi verdad.
Yo sabré reconocer tu esplendor
Entre las luces del Astral.
Cuando me dijiste que todo acababa,
Descubrí que nunca fui a quien esperabas.
Corazones que se hacen daño.
Cuerpo y alma, nunca separados.
Decidiste suspirar y el tiempo se paró,
Detenido por tu fragilidad.
Decidiste iluminar y la luna se cayó,
Atónita por tu inmensidad.
Decidiste ya no más, no hay nada entre los dos.
Pero aquel que muera seré yo.
Pero aquel que muera seré yo.