Si me cansé de cansarme no fue por otario, ni fue por corsario,
ni fue por amargo, ni bueno, ni fiel.
Fue por ver: Que todos la hacen, que todos la toman,
la venden, la roban y después se morfan sin asco...la mejor miel.
Si me canse de esperar,
fue porque el tiempo no curó ni una herida.
Si me cansé de olvidar,
fue porque el olvido es la pastilla suicida.
Si me cansé de perdonar,
fue porque cuando duele nunca, nunca, nunca se olvida.
Si me cansé de mentir,
fue porque la verdad lastima solo al principio.
Si me cansé de dormir,
fue porque al sueño no lo sueño dormido.
Si me cansé de asistir,
fue porque asistiendo o no asistiendo siempre empezaron sin mí.
Si me cansé de obedecer, de ser correcto.
Me corresponde ser obediente a mi parecer.
Y hoy me doy cuenta que padeciendo también me canso
(siempre que no pertenezca voy a pertenecer).
Si me cansé de ceder,
fue porque cediendo te vas muriendo en vida.
Si me cansé de llorar,
fue porque en las lágrimas no encontré salida.
Si me cansé de correr,
fue porque muchas cosas las perdí corriendo noche y día.
Si me cansé de mirar,
fue porque mirando ví una vez a la muerte.
Si me cansé de perder,
fue porque una vez me desangre por perderte.
Si me cansé del culo cerrar fue por el hambre,
el miedo a la guerra y a la fría soledad.
Y hoy me doy cuenta que padeciendo también me canso
(siempre que no pertenezca voy a pertenecer).