Padre, te entrego estas ganas herejes del sueño
Donde te sé
Padre, despide quietudes bendice mi empeño
Ya partiré
Soy mucho de lo que intentaste
Pero un tanto de mi tiempo
Mi voz no te engaña
Soy de tu misma montaña
Pero habito en Sotavento
Mira bien
Puedes ver
Esta sed de estrellas en mi corazón
Y escuchar
Un grito que intenta ser conversación
Puedo dar
Elementos
Yo sintiendo fuego dentro
Cómo me libero de esta carga
Amarga
Cómo no hago de la vida
Despedidas
¿Cuánto olvido cabe en el adiós?
¿Cuánto? ¿Cuánto? ¿Cuánto?
¿Cuánto?
Pero, ¿cuánto?
¿Cuánto?
Tierra, que siempre se acuesta debajo del árbol
Despertaré
Como una sombra que sabe de quién y de nadie
Allí estaré
Y en la alturas de tu voz
Aguardaré mi hora
Por si alguien viene a quitarme lo que es tuyo y mío
O a romperte el albedrío
Mira bien
Puedes ver
Esta sed de estrellas en mi corazón
Y escuchar
Un grito que intenta ser conversación
Puedo dar
Elementos
Yo sintiendo fuego dentro
Cómo me libero de esta carga
Amarga
Cómo no hago de la vida
Despedidas
Cuánto olvido cabe en el adiós:
¿Cuánto?
Si nunca le conté sobre la soledad
Tan solo el apetito de un mejor vivir
Me lameré la herida
Ni un llorar
Ni un «no te vayas»
Ni un gemir
Busca tu viento
Yo nunca hablaré de mi lamento
Mira bien
Puedes ver
Esta sed de estrellas en mi corazón
Y escuchar
Un grito que intenta ser conversación
Puedo dar
Elementos
Yo sintiendo fuego dentro
Cómo me libero de esta carga
Amarga
Cómo no hago de la vida
Despedidas
Cuánto olvido cabe en el adiós:
¿Cuánto? ¿Cuánto? ¿Cuánto?
Mi voz no te engaña
¿Cuánto? ¿Cuánto? ¿Cuánto?
Cuánto olvido cabe en el adiós…