He estado sembrada como una margarita,
respirando el aire de una ciudad maldita.
He estado encerrada como una mandarina,
succionando a gajos las delicias de la vida.
He estado juntando burbujas en la tina,
oyendo consejos de las hadas marinas.
He estado observando el sol en las vitrinas,
durmiendo a deshoras, jugando escondidillas.
Y no temo a nada, no no, no espero nada, no.
No temo a nada, no no, no espero nada, no.
He estado sentada como una viejecita,
comiendo ensaladas, contando pesadillas.
He estado postrada como una virgencita,
mirando al ocaso, sangrando por la herida.
Y no temo a nada, no no, no espero nada, no.
No temo a nada, no no, no espero nada, no.
He estado exiliada como mujer maldita,
inmóvil, intacta, colgando de tu risa.
Ja, ja, jajaja.
Ja, ja, jajaja.
Y no temo a nada, no no, no espero nada, no.
No temo a nada, no no, no espero nada, no.
No temo a nada, no no, no espero nada, no.
No temo a nada, no no, no espero nada, no.
Ja, ja, jajaja.
Ja, ja, jajaja.
Y no temo a nada, no no, no espero nada, no.
No temo a nada, no no, no espero nada, no.
No temo a nada, no no, no espero nada, no.
No temo a nada, no no, no espero nada, no.
Ha ha ha, ha ah ah
(No temo a nada, no no, no espero nada, no.)
No temo a nada, no no, no espero nada, no.
No temo a nada, no no, no espero nada, no.
He estado creyendo en adivinas.
Mirando las cartas, haciendo preguntitas.