Yo quiero un caballo negro,
y unas espuelas de plata,
para alcanzar a la vida
que se me escapa
que se me escapa...
Yo quiero un lazo trenzado,
mezcla de toro y guanaco,
para enlazar a esos sueños
que se fugaron
que se fugaron...
Yo quiero, un poncho que tenga
el color de los caminos
para envolverme en la noche
de mi destino
de mi destino...
Caballo... espuelas. y lazo,
¡pienso que no han de servir!
Ya ni el poncho me hace falta.
Voy a dormir...
Voy a dormir...