El primer puñetazo me cogió durmiendo,
así que más que hacerme daño me dejó perplejo.
Luego una patada en medio del pecho
hizo que tuviera que afrontar los hechos.
Me estaban dando una paliza,
me estaban dando una paliza,
me estaban dando una paliza,
¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!
Una luxación de hombro y yo como si nada,
me quejaba tan sólo cuando se acercaban a la cara.
Si me incorporaba y salía corriendo, no me perseguían.
¿Para qué?, ¿para qué perder el tiempo?
Sólo seguían con la paliza,
me estaban dando una paliza,
me estaban dando una paliza,
¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!
Dilo ya,
lo que estás pensando.
Dilo ya,
dilo ya.
No me tomes por tonto,
dilo ya,
dilo ya,
ata ya los cabos.
Dilo ya,
dilo ya.
Todo se acelera, como si en un sueño,
y me pegan y me pegan y yo no me defiendo.
Y de pronto paran y me levanto,
me sacudo el traje y me voy andando, andando.
Así ha pasado, ¿por qué me miras?
así ha pasado, ¿por qué me miras así?
Me estaban dando una paliza,
¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!
Me estaban dando una paliza,
me estaban dando una paliza,
me estaban dando una paliza,
¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!