Como cuando le miras la nuca
y, aunque se da cuenta,
no se da la vuelta.
Como cuando llamas por teléfono
tan de mañana
que no se levanta de la cama.
Así te miro yo,
así te amo yo,
con las ganas que tengo,
y siempre me arrepiento antes de hacerlo.
Como cuando le escribes mensajes
donde hay poco riesgo
de que llegue a verlos.
Como cuando le cuentas a gente
y estás casi seguro
de que no van a irle con el cuento.
Así te escribo yo,
así me explico yo,
con el tiempo que paso maquinando
podría haberte hablado veinte mil veces ya,
y todo iría tan bien,
y dejar de creer que me voy a equivocar,
y llevar la razón porque la quiero llevar.
Con el tiempo que paso maquinando
podría haberte hablado veinte mil veces ya,
y todo iría tan bien,
y dejar de creer que me voy a equivocar.