Me sugiero un poco de valor
que a tientas apague el bravío furor.
Mil demonios agitan temor,
me turban, me ahogan hasta la extenuación.
Que la niebla que anida en mi interior
me abandone y regrese la orientación.
Animal sin riendas, bozal ni collar,
desbocado, asustado, tal vez sin errar.
El trepidar de afilados dientes
que no muerden ni hieren,
te hacen soñar mientras nace el instinto.
Quiere salir y no puede,
quiere vivir y no duerme.
Golpea con fuerza para unirme a tí.
Que mis manos te hagan reír,
que hasta mi empuje te haga gemir.
Que mi gozo sea el tuyo también.
Sabes muy bien lo que quiero oír.
La ilusión verdadera ha llegado a su fin,
sólo espero que vuelva y me incite a vivir,
que me abrace, me bese, que me haga feliz.
Todos esos momentos con los que aprendí.